El poder de lavarse las manos correctamente: un gesto simple que salva vidas
Lavarse las manos de forma correcta y frecuente puede prevenir decenas de enfermedades infecciosas. Conocé los pasos recomendados por la OMS para proteger la salud de tu familia con este hábito sencillo y poderoso.

En nuestro día a día, las manos son la principal herramienta de contacto con el mundo: tocamos objetos, superficies, alimentos y saludamos a otras personas. Pero también son el vehículo más común para la propagación de virus, bacterias y parásitos. Lo que parece un gesto simple —lavarse las manos— es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las medidas más efectivas para prevenir infecciones y salvar millones de vidas cada año.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay (MSPBS) coinciden en que mantener las manos limpias de forma correcta y regular puede reducir hasta en un 40% el riesgo de diarreas y en un 20% el de infecciones respiratorias, entre ellas la gripe, neumonía y COVID-19.
Este hábito es especialmente importante en hogares con niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, quienes tienen sistemas inmunológicos más vulnerables.
Por qué lavarse las manos es tan efectivo
Las manos son portadoras invisibles de microorganismos que pueden causar desde enfermedades leves hasta infecciones graves. Según la OMS, hasta el 80% de las infecciones se transmiten por el contacto de manos contaminadas con la boca, los ojos o la nariz.
El lavado de manos elimina los gérmenes presentes en la piel y corta el ciclo de transmisión de enfermedades infecciosas como:
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Infecciones respiratorias: gripe, resfriados, bronquitis.
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Enfermedades gastrointestinales: diarrea, cólera, hepatitis A.
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Enfermedades de la piel y los ojos: conjuntivitis, sarna, hongos.
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Infecciones que afectan a bebés y personas inmunocomprometidas.
Además, este hábito simple es un pilar fundamental en la prevención de brotes epidémicos, como se demostró durante la pandemia de COVID-19.
Los momentos clave para lavarse las manos
De acuerdo con las recomendaciones de la OMS y la OPS, es fundamental lavarse las manos en las siguientes situaciones:
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Antes de comer, cocinar o preparar alimentos.
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Antes de amamantar o alimentar a un niño.
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Después de ir al baño o cambiar pañales.
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Después de toser, estornudar o sonarse la nariz.
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Después de tocar basura o animales.
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Al llegar a casa luego de estar en espacios públicos (transporte, escuela, trabajo).
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Antes y después de cuidar a una persona enferma.
Cómo lavarse las manos correctamente
No basta con mojar las manos rápidamente. El lavado debe durar al menos 40 a 60 segundos para garantizar su eficacia. Estos son los pasos recomendados por la OMS:
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Mojar las manos con agua limpia (fría o tibia).
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Aplicar suficiente jabón para cubrir toda la superficie.
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Frotar palma con palma.
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Frotar el dorso de cada mano con la palma contraria.
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Frotar entre los dedos y debajo de las uñas.
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Limpiar los pulgares y las muñecas.
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Enjuagar bien con agua corriente.
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Secar las manos con una toalla limpia o papel desechable.
El uso de jabón es esencial: no solo remueve la suciedad visible, sino también los gérmenes invisibles que pueden provocar enfermedades.
Jabón vs. desinfectante de manos
Aunque los desinfectantes a base de alcohol (mínimo 60%) son útiles cuando no hay agua y jabón disponibles, no eliminan todos los tipos de gérmenes, especialmente si las manos están visiblemente sucias o grasientas. Por ello, el lavado con agua y jabón sigue siendo la opción más eficaz.
Beneficios comprobados para la salud pública
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. informa que el lavado correcto de manos podría evitar 1 de cada 3 enfermedades diarreicas y 1 de cada 5 infecciones respiratorias.
En Paraguay, campañas de salud escolar han demostrado que enseñar y fomentar esta práctica disminuye notablemente el ausentismo por enfermedades infecciosas, mejorando el rendimiento académico de los niños y reduciendo costos en atención médica.
Involucrar a los niños: el hábito comienza en casa
Enseñar a los niños desde pequeños a lavarse las manos correctamente crea un hábito que los acompañará toda la vida. Transformar el lavado en una rutina divertida —por ejemplo, cantando una canción de 40 segundos mientras se enjabonan— ayuda a que los más chicos lo practiquen de forma constante y adecuada.
Los adultos deben predicar con el ejemplo: lavarse las manos frente a los niños refuerza el aprendizaje y demuestra la importancia de este acto cotidiano.
En tiempos donde las enfermedades infecciosas representan una amenaza constante, el lavado correcto de manos sigue siendo un escudo poderoso, económico y accesible para toda la familia. Este pequeño gesto de higiene puede salvar vidas, reducir contagios y fortalecer la salud colectiva.
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